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Qué duro es perder a alguien cercano y mucho más cuando te pilla en etapas inestables de tu vida. Laurel perdió a su hermana hace unos meses, y para que este hecho no marque toda su nueva etapa escolar, se cambia de instituto. Y aquí la primera tarea: escribir una carta a alguien que haya muerto. Pero lo que empieza siendo un trabajo para clase cogiendo de destinatario al cantante favorito de su hermana, termina siendo el formato de escritura de esta historia. A través de cartas a celebridades fallecidas vamos a descubrimos cómo forja nuevas amistades, cómo conoce al primer amor, cómo es su vida familiar... Pero lo más importante: cómo crece mentalmente para ser capaz de hablar de todo lo que ocurrió cuando su hermana aún estaba viva. Llevaba desde 2014 queriendo leer este libro ya que siempre esperaba que se me pasase el hype; y fue una gran decisión porque creo que es un libro que no es tan increíble como se podía pensar en su momento. La historia tampoco es muy novedosa y los personajes te caen bien pero no logran marcarte, pero es cierto que está bien escrito, que se lee en un suspiro, trata temas que en su momento eran importantes y tiene citas preciosas que te abren a pensar. Cuando perdemos a alguien, nos replanteamos muchas cosas en la vida, y este libro a través de la protagonista te hace reflexionar de formas muy diferentes. En quienes se van, en quienes se quedan, en cómo pasa todo, en cómo se queda todo después... No es demasiado largo y pese que al inicio estás bastante perdida, después empiezas a conocer a todos y a querer saber más sobre ello. En especial, sobre qué pasó. |
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