Los devoradores de libros

Eran princesas, en un sentido, y así era como vivían las princesas: a salvo en una torre, casadas con hombres que habían competido por ellas, de una u otra manera.

El trauma se volvía rutina y la crueldad, mundana.

Lo único que podemos hacer es vivir con la luz que se nos da.

Rocíale a una página impresa un poco del extracto preciso y obtendrás una gran combinación de experiencias.

Biblicor – le gustaba decir al tío Aike, dejando que la palabra le rodara en la boca-. Es una palabra que significa el olor de los libros muy antiguos