Corazón de cristal

Anaïs no sé siente completa porque le falta a su lado al hombre que ama, pero ese momento hizo lo que creía mejor. Está sufriendo mucho por no tener a David cerca. Además en su nueva vida con Dorian no es feliz, no soporta tenerlo cerca.

David, por su parte, tampoco lo está pasando bien. Solo tiene en la retina esa última imagen de su amada al lado de Doyran y luego oscuridad. Así es como se siente que viven en una oscuridad.

Anaïs necesita respuestas de su pasado, quién era, cómo fue su vida y sobre todo necesita sus recuerdos, su vida antes de convertirse en vampiresa. Necesita ir a buscarse a sí misma, y un lugar en concreto le llama, Paris.

David tiene un viaje pendiente con su padre, y una voz le dice que es hora de irse, que están en peligro y que no tiene mucho tiempo para poner distancia de su casa sino quieren terminar mal. Así que deciden marcharse a París unos días.

Doyran sigue siendo ese ser que conocimos en la primera parte, un ser obsesionado con Anaïs, pero también veremos un lado más oscuro y como maneja ciertos hilos.

París será donde suceda la mayor parte de la novela. Pasearemos por sus calles, pero en ella lo que pasará será que dos personas tienen que encontrarse a ellos mismos para poder seguir adelante, para olvidar y dejar de sufrir.

Veremos cómo Anaïs y David están a punto de encontrarse varias veces, pero parece que el destino no quiere que eso suceda, tal vez, no sea el momento.

En París, Anaïs descubrirá que hay más gente como ella, que Doyran la ha tenido mucho tiempo engañada y por primera vez, hará amigos. Pero también llegarán recuerdos dolorosos.

Para poder tener un futuro juntos, a veces, hay que cerrar muchas cosas, ser valiente y anteponer a esa personas a tu propia felicidad.

Al final del libro hay un diario que nos ayudará a conocer mejor a un personaje y saber porqué es así