Las gratitudes

¿Cuántas veces al día damos las ‘gracias'? A la cajera del súper, al camarero, al cartero… Seguramente decimos la palabra gracias en infinidad de ocasiones resultando, quizás, vacía, desprovista de su significado intrínseco. Pero ¿cuándo decimos un ‘GRACIAS' en mayúsculas, de corazón, un ‘gracias' que evoque realmente el agradecimiento que podamos sentir?

En “Las gratitudes” de Delphine de Vigan conocemos a la entrañable Michka Seld, una anciana que acaba de ingresar en un geriátrico con síntomas de un principio de afasia que le está causando la pérdida de la capacidad del lenguaje. A través de Marie, una joven a la que conoce desde niña y a la que cuidó durante un periodo de su vida, y de Jérôme, el logopeda que la trata para intentar que recupere el habla, iremos conociendo los últimos meses de Michka y por qué se niega a marcharse antes de saldar una deuda pendiente: encontrar al matrimonio que durante los años de la ocupación alemana la salvó de morir en un campo de exterminio. No haberles podido agradecer que la acogieran y educaran como a su propia hija es algo que Michka no ha podido olvidar nunca.

Hermosa y emotiva, en apenas 180 páginas esta historia de soledad, miedo, pérdida y sensación de encierro nos pone de manifiesto las dificultades de hacernos mayores. La vejez y su declive se muestran aquí sin adornos ni artificios y es una de las cosas que más me ha gustado, pero también que sea una historia que habla de los lazos, de lo que son las personas entre sí y de estas relaciones recíprocas, donde cada uno siente, precisamente, un profundo agradecimiento, el uno hacia el otro.
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