Mi primer acercamiento a la obra de Delphine de Vigan no ha podido ser mejor. Qué bonita es esta breve novela narrada a dos voces por Marie y Jérôme cuyo nexo de unión es una anciana llama Michka Michka cuidaba a Marie cuando era una niña y la madre de esta desaparecía y ahora es Marie quien la cuida a ella, pero llega un momento en el que la propia anciana se da cuenta de que estará mejor en una residencia, y allí conocerá a Jérôme, que será su logopeda, y es que Michka empieza a tener problemas con el habla por culpa de una afasia cada vez más acentuada. Me ha encantado cómo logra la autora ponernos en la piel de Mischka, en lo que a su afasia se refiere. Lo hace de una forma tan delicada que dan ganas de acariciar la cara de la anciana cuando habla y no encuentra las palabras que necesita y sin embargo no busca la lágrima del lector, al contrario nos sacará más de una sonrisa. Michka, es muy consciente de lo que le ocurre y quiere encontrar a toda costa a un matrimonio que la ayudó cuando era una niña durante la guerra, evitando que acabara en un campo de concentración. Para ella es importante agradecer ese generoso y desinteresado acto que puso a todos en peligro antes de que sea demasiado tarde. Un libro precioso, breve pero profundo, que habla de la vejez, del paso del tiempo y las consecuencias de un diagnóstico de afasia (nunca había leído nada sobre esto), de los lazos que nos unen a otras personas aunque no sean de la misma sangre y de dar las gracias de verdad… una emotiva lectura que te dejará con una sonrisa en la boca. Tengo que investigar más a esta autora. Enlace: https://bitacorademislectura.. |