![]() |
Hay libros que hacen que veamos el mundo más bello tras su lectura. Este es para mí uno de ellos. Es el tercer libro que leo de Delphine de Vigan y los tres me han ensanchado por dentro de una u otra forma. Me gusta su mirada empática, sus guiños de humor y su escritura cargada de humanidad que expresa mucho en pocas páginas: la vejez (su soledad, su vulnerabilidad y sus fortalezas, la manera que tenemos de tratarla, su proceso de aceptación…), la memoria y el lenguaje como conformadores de nuestra existencia individual y colectiva, los vínculos o los muros insalvables con la familia (real o escogida)… La figura de Michka se nos va dibujando a través de las miradas de Jérôme y Marie, de sus diálogos con la anciana y de los sueños de esta. Cuando eres joven piensas que el tiempo no es ilimitado, que siempre hay tiempo para decir “te quiero” o “gracias”, la protagonista no quiere “guardarse las cosas dentro” y dejar pasar su última oportunidad para dejar ningún “gracias” por el camino. |