El instante antes del impacto

Es curioso como la lectura de una misma historia puede despertar tantas pasiones o tanta indiferencia. Es el caso de esta primera novela de la autora catalana Glòria de Castro, escrita originalmente en castellano y autotraducida al catalán posteriormente. Después de presentarla a varios premios acabó llamando la atención de una editorial, que la publicó en febrero de 2022.
“El instante antes del impacto” es una historia volcada en una voz fresca y original pero llena de rabia y humor negro, ácido, corrosivo; en la voz de una mujer de unos cuarenta años que nos relata su día a día, el trabajo, su vida en pareja, los hijos… Una voz que como la de Sylvia Plath, siente la asfixia de una campana de cristal que la oprime, de esa sociedad consumista, capitalista y patriarcal contra la que decide rebelarse. Aprovechando una jornada laboral de horario reducido en una multinacional de las telecomunicaciones, la autora en voz de su protagonista, denuncia a través de esta historia, el “mobbing” laboral a la que fue sometida en cuanto notificó su primer embarazo. Condenada a la inactividad, decide resistir y matar las horas escribiendo esta autoficción, que no es otra cosa que un auténtico descenso a los infiernos de su propia interioridad para enfrentarse a sus obsesiones, alimentadas por una sociedad que nos impone unos modelos de maternidad perfecta, de ama de casa perfecta, de profesional perfecta.
Para unos, la voz de la protagonista es la voz de todos y se mantiene así durante toda la novela, mientras que para otros es una voz que acaba perdiéndose en un individualismo anecdótico carente de interés.
Hay quien define esta historia como el diario de una mujer desquiciada, derrotista y quejica o como una novela escrita a golpe de “tuits” que se hace algo pesada y repetitiva, al repasar los tópicos de siempre. Hay quien opina que comienza muy bien pero que va decayendo, pues esperaba un final más impactante…
Supongo que se pierde de vista que se trata de una primera novela y que si se repasan los tópicos de siempre es porque aún estamos muy lejos de superarlos. Cierto que ese grito de protesta contra el consumo de lo innecesario ya lo seguimos muchos, pero muchos otros están aún muy lejos de entender ese grito de “no compro” como un valor positivo a imitar.

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