Lo último que me dijo

Owen y Hannah hace dos años que se casaron, su relación es idílica. Bailey es la hija de Owen, de un matrimonio anterior, así que nunca ha tolerado tener que compartir a su padre. Todo cambia una mañana en que Owen desaparece sin dejar rastro. Una nota “protégela” es lo único que tiene Hannah. ¿Es Owen quien en realidad dice ser?

Sabéis que me encantan los libros de desapariciones, pero en este caso no se trata de una desaparición inquietante, tiene una explicación razonada, hecho que personalmente ha hecho que me pareciera menos intrigante. No obstante, al no ser una novela negra como tal, sino más bien una novela de suspense, permite incluir subtramas familiares y amorosas que le aportan un toque diferente a la obra. Es maravilloso ver como prospera la relación de Hannah y Bailey y los esfuerzos de esta para lograr su confianza.

Los capítulos son bastante cortos, cosa que también se agradece, e intercalan presente y pasado, de modo que podemos conocer la historia de amor de los protagonistas en profundidad. Para mí lo peor ha sido la cantidad de personajes, he acabado un poco perdida entre tanto policía, familiares y amistades presentes y pasadas. del mismo modo que algunos fragmentos se me han hecho muy pesados. No obstante, el final me ha parecido muy bonito, tiene un cierre perfecto.