Maze Runner 1. El corredor del laberinto

Fugacidad.

Esa es la palabra que el título evoca. La primera impresión que el lector recibe del libro.
Un factor desaparecido en todo el libro.

Y es que la obra de James Dashner es lenta como ella sola. Ignorando la muy mejorable prosa que puede suponer un gran obstáculo en la lectura, la parsimonia con la que el autor narra los hechos parece casi una burla. Es un contraste chirriante. El lector puede estar en la página 80 y no tener ni la más remota idea de sobre el argumento del libro. Realizar un planteamiento del tema tan extenso es realmente arriesgado, salvo que seas un escritor experimentado y logres solventarlo correctamente. Algo que, por supuesto, Dashner ni es ni consigue.

Y es una pena; el libro tiene potencial. Sí, es cierto. La historia te atrapa, no es difícil encariñarse con algún personaje secundario (pues el protagonista es más simple que que una sopa sin sal). Pero necesita un empujón. Aumentando la celeridad de los hechos e incluso orientando la trama a un público más exigente, el libro podría haber resultado una excelente obra a recordar, en lugar de otro éxito juvenil llevado a la gran pantalla del que solo te acuerdas cuando retransmiten las versiones cinematrográficas.

A mi, pese a ello, me gustó. Te recomiendo, además, que si lo lees, lo hagas rápido: Créeme, disfrutarás más.