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Parte de una premisa interesante. 100 palabras al día es a lo que han limitado a las mujeres. Glorificando la vida pasada donde la mujer era sumisa que debía dedicarse a los niños y al hogar. Y el hombre el trabajador que sustentaba a esa familia. Un retroceso de 50 años con un macabro accesorio adicional. El conteo de palabras con castigo si este es sobrepasado. La protagonista, una experta lingüista especializada en la afasia... una enfermedad que afecta al habla y a la comprensión de las palabras. Una crítica brutal al patriarcado con un mensaje detrás contundente. La importancia de las manifestaciones y el votar en las elecciones. Cuando eres pasivo, cuando no haces nada, eres igual de culpable. La novela me estaba fascinando hasta que llegamos a la recta final. Este libro perdió fuerza en el último tramo teniendo un desenlace propio de Hollywood que hemos visto de mil maneras diferentes. Tampoco disfruté el papel que jugó cierto personaje, nos estaban dando a entender un aspecto relacionado con él a lo largo de toda la novela que la autora quiso desmentir de la peor de las maneras para mi gusto. Adictiva, disfrutable, entretenida... pero no memorable. |
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