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Jean es una neurocientífica que vive con su marido Patrick y sus cuatro hijos en Estados Unidos. Un día, la religión más extrema se apodera del país y empieza la represión de las mujeres dejándolas directamente sin voz y permitiéndole el uso de sólo 100 palabras diarias. En medio de este golpe de estado, uno de los jefes del gobierno necesita los conocimientos de Jean para poder crear una cura, le devuelven la voz y también algo de libertad pero todo desencadenará una revolución cuando se encuentre con una amiga del pasado. La sinopsis de este libro la resumen como una reinterpretación del Cuento de la Criada, yo en el libro, encontré similitudes como que la protagonista es una mujer, que las que sufren ante el golpe de estado son las mujeres y que se desarrolla en Estados Unidos. Lo demás no me parece ni semejante ni parecido. Me he encontrado con una historia que promete ser fuerte desde el inicio, te embriaga de esa resistencia feminista que parece ser de obligada mención en casi todos los libros. A medida que pasan las páginas la historia va cayendo hasta llegar a un pozo sin salida, empieza interesante y termina por ser obvio y aburrido leer el libro. El final lo conoces casi desde la mitad del libro, porque es imposible no imaginarlo, y ni hablar de los personajes. No están formados, intentan hacerte pasar por esa culpabilidad por ver a mujeres en ese estado, que lo sientes, porque no te imaginas en su posición, pero no sientes otro tipo de acercamiento hacia los personajes porque la historia no te lo permite. Y después está el final, es que es absurdo que acabe como termina, y de esa manera. Sinceramente me esperaba mucho más, tenía ganas de engancharme a la historia pero me ha resultado imposible. |
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