Verano negro

Hace un año, gracias a la masa crítica privilegiada de Babelio y Roca Editoral tuve el enorme placer de reseñar El show de las marionetas de M.W. Crave, el primer libro de la serie Washington Poe. El detective gruñón y su poco sociable compañera, Tilly Bradshaw me maravillaron. al ver que un año después la editorial volvía a publicar la segunda parte sabía que tenía que leerla. Y no me equivoqué. Creo que esta nueva investigación en la que se ve envuelto Poe en Verano negro es aún más escalofriante y aún más sangrienta.

El libro empieza con una escena que a los lectores les sentará como un puñetazo en la cara. Poe está metido en un buen lío, parece que esta vez no hay salida. Partiendo de una escena que se ubica cronológicamente a finales de la historia, el autor se remonta dos semanas atrás para contarnos cómo el detective acabó en una situación muy comprometida. Resurge un viejo caso, la víctima parece estar viva y el psicópata condenado por su asesinato se ve en la libertad. Poe no solo tiene que convencer a todos que los que el cree muertos, muertos están, pero también debe luchar por demostrar que él mismo es inocente... sea lo que sea de lo que le acusan.

Al igual que en el primer libro vemos el vínculo especial entre Washington y Tilly, la confianza que tiene en ellos su jefa, la inspectora Flynn y la increíble capacidad de los tres de descubrir las pruebas más ocultas. ¿Será Jared Keaton, un chef de renombre mundial, 3 estrellas Michelin y psicópata, el asesino de su propia hija o esta vez Poe se equivocó?

Muchas veces en las reseñas se suele destacar que el fuerte de la novela son los personajes, la trama, o la ambientación. Aquí resulta imposible destacar tan sólo una de estas cosas. La trama está construida con mucho cuidado, la información la descubrimos casi a la vez los lectores y Poe, menos el final, que nos llega con un retraso mínimo para que crezca el suspense y para que queramos seguir leyendo con verdadera ansia.

La ambientación es una maravilla. Otra vez estamos en Cumbria, entre los apacentaderos llenos de ovejas y la lluvia, conduciendo por las carreteras secundarias encontramos un restaurante gourmet muy especial. La descripción del menú degustación que prueban Tilly y Poe es una maravilla, la realidad de la vida y el trabajo de un cocinero de alta cocina está muy, muy bien descrita. Con toda su dureza, el trabajo y los altibajos. No todo lo que resplandece es oro...
No hay ni una página en este libro que decepcione, el ritmo es perfecto, las curiosidades que nos sirve el autor a lo largo de la investigación (desde que es hefting, por todo lo necesario para descubrir trufas, hasta la terrible receta de un hortelano – por cierto prohibida desde 1999) están muy bien dosificadas. Otra vez acabé el libro de M.W. Craven con unas ganas increíbles de leer el tercero.
Gracias a Roca Editorial por esta maravilla y por habérmela enviado para que la pueda reseñar.