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Este libro, perteneciente a la saga del inspector Washington Poe (“El show de las marionetas” y “Verano negro”), se compone de tres pequeños relatos en los que Poe y Tilly, su compañera, son protagonistas. Ambos se encuentran de vacaciones en la casa que tiene Poe en la montaña y desde allí resolverán algunos casos. El primer relato, el más corto, es también el más simple y soso desde mi punto de vista. No aporta una tensión ni una trama enrevesada y tiene un final un tanto pobre. En el segundo relato, ambos acaban confinados por contraer un virus (alusión a la pandemia actual) y por puro aburrimiento empiezan a investigar un caso en el que Poe trabajaba como hobby ya que no era un caso abierto por falta de pruebas. Gracias a la inteligencia de Tilly y la perseverancia de Poe consiguen reabrir el caso y resolverlo. En el último relato, tras resolver el caso anterior y como siguen confinados, deciden ir de acampada y allí acabarán descubriendo unas pistas que les llevarán a resolver otro caso que quedó sin solución desde hacía varios años. Ambos personajes son muy opuestos entre sí, lo que hace que su convivencia sea tensa y divertida para el lector. Poe es un cabezota y Tilly demasiado inteligente y sin don de gentes, es muy directa a la hora de expresar sentimientos o conocimientos lo que hace que siempre acaben chocando de una manera cómica. Este libro es el más flojo que he leído de este autor, aún así me encanta el desarrollo de los personajes y los casos tan curiosos que van resolviendo. |
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