Ha sido una buena lectura, aunque desigual. La primera parte es superior a la segunda, a mi modo de ver. Hay cierto realismo mágico -hablamos de un personaje que se supone se comunica con los muertos-. El hecho de que sea un personaje histórico hace que podamos hablar de una novela histórica, a pesar de los pocos detalles que sobre su vida se han podido encontrar. Eso da mucha libertad a Condé para jugar con el personaje. Mi recomendación es leerla, pero sabiendo que hay mucha desigualdad en el ritmo y la forma de escribir entre las dos partes de la novela.
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