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Las memorias de los primeros años de vida de Maryse Condé, la menor de ocho hermanos dentro de una familia bien de la isla caribeña de Guadalupe. Unos padres que se niegan a hablar criollo y no reparan en demostrar continuamente su orgullo de ser franceses de pura cepa. Y entre esa alienación de sus padres, la pequeña Maryse, sola pese a toda la tribu de hermanos, quienes la ven más como un accidente tardío que como a una verdadera hermana, empieza a mostrar su rebeldía y a darse cuenta de lo mucho que ha vivido aislada de su pueblo y de lo poco que en realidad lo conoce. Un libro con una prosa directa, sencilla, tal vez en exceso. Sentimiento de decepción. Me ha faltado mucho más, no hay arañazos, todo transcurre con una cierta lógica, sin sobresaltos ni sorpresas, como un río de aguas mansas. No entiendo tantas reseñas elevándolo a la condición de maravilla, y me cuesta mucho ver el Nobel alternativo. Estoy seguro de que en breve incluso me resultará difícil recordarlo. En fin, que pese a pretender lo contrario, tuve que rendirme a la evidencia de que no era una novela para mí. |
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