El sabueso de los Baskerville

Sin duda alguna hacerse fan de Conan Doyle y su Sherlock Holmes es inevitable, una vez que he comenzado a leer sus libros, no quiero parar.

Este es el tercero que leo de esta serie, pensaba que era la tercera entrega, pero me he enterado de que es en realidad la quinta, algo que me sacude porque no me gusta leer libros de series en desorden, aunque supongo que no tiene tanta importancia.

Los dos anteriores que he leído me han gustado mucho, sin embargo, éste, a diferencia de los otros dos, tiene una profundidad de historia que me ha fascinado, no solo es que se presenta un tema sobrenatural si no que en la mayor parte de la historia, Sherlock Holmes ni siquiera aparece en la historia, casi toda la historia está sustentada sobre la figura de Watson, aunque por supuesto Sherlock ha llegado en el momento adecuado para desenredar la madeja y esclarecer el misterio.

Es curioso que me gustara tanto esta historia, porque casi desde un principio he adivinado la resolución, pero más allá de enterarnos quien es el culpable y como se han desarrollado los hechos, me parece a mí que lo que atrae tanto de estos libros, primero son sus protagonistas, Sherlock y Watson ya por si mismos invitan a seguir y continuar, sin contar que la forma en que Conan Doyle narra, cuenta y desarrolla la historia es entretenidísimo.

No puedo evitar tener sentimientos encontrados hacía Holmes, creo que eso nos pasa a todos, mientras es un personaje atrayente también es un personaje repelente hasta la médula, pero como me gusta mucho la gente inteligente y sin duda Sherlock tiene toda la personalidad de un genio, pues he decidido que me gusta más que me repele.

Adoro esos finales donde el último capítulo es exclusivamente para la explicación completa del caso, no de cómo se resolvió si no del contexto completo, la historia del asesino, sus motivaciones, su vida y sus pasos hasta llegar al punto de cometer el delito que nos llevó a esta aventura.

Nada más que decir es Conan Doyle y es un clásico indispensable.