La trenza

Una lectura envolvente que lees sin parar, y es que no puedes dejarla, porque deseas saber, deseas avanzar y porque las tres mujeres que en ella encontramos, que nos aparecen muy diferentes en un primer momento y al principio, las vamos a ir descubriendo poco a poco, en su entorno, en su vida, en su trabajo, en sus deseos, en sus dudas, hasta que, en realidad, veamos lo que verdaderamente tienen en común que es mucho.

Esto es lo significativo e importante ¿Lo descubrimos?

Un viaje por el que nos moveremos con ellas en sus diferentes ciudades, iremos desde La India, a Canadá y también a Italia, concretamente a Sicilia, porque estos serán los lugares donde cada una de ellas, Smita, Sarah y Giulia, habitan.

En ellos desarrollan sus vidas, sus trabajos y sus relaciones, que difieren absolutamente, en cada uno de sus aspectos.

Smita es una intocable en la india que pretende encontrar un futuro mejor que el suyo, para su hija Lalita.

Sarah, una abogada canadiense, socia de un gran bufete donde trabaja sin descanso y de repente, todo lo conseguido, caerá.

Y Giulia, una joven de Sicilia que verá como el taller artesano de fabricación de pelucas regentado por su familia , está a punto de cerrar.

Son tres mujeres absolutamente creíbles y verdaderamente impresionantes y auténticas, que tendrán que enfrentarse a tres gravísimos golpes que cambiarán sus vidas.

Sin embargo, la unión entre estas tres mujeres llegará y no solo por lo que materialmente se hace posible y las une. En este sentido, el título, “La trenza”, ya nos lo adelanta, como sin lugar a dudas, comprobaremos.

Se unen por una trenza que también es un símbolo muy potente con el que llegará la esperanza en Smita, en Sarah y en Giulia.

Aunque, para mí, lo más significativo, el aspecto más importante y necesario en cada una de ellas, que marcará la verdadera unión, será la poderosa fuerza y los anhelos de libertad para conseguir romper con lo establecido y buscar su propio y particular camino.
Y las tres mujeres distintas y lejanas también esto lo conseguirán.

Esa fuerza, esa valentía, esa rebeldía, esa decisión de mantener sus propios deseos y necesidades, serán los que en cada una de ellas, aparecerán, consiguiendo salvar un mundo que se les cerraba y las cercaba, pero ellas han sabido saltar el muro que las encierra y cumplir nuevos objetivos.

No hay renuncia, sólo lucha y mucha fortaleza, también esperanza y empeño en la supervivencia a pesar de los temores y de los pesares.

Y así asistiremos a un viaje íntimo, necesario y trascendental que cada una de las tres protagonistas realizará para conseguir sus fines, muy diferentes en cada una de ellas, pero que posibilita cambiar el curso de sus vidas. Un viaje necesario.

También nos dirigimos en este viaje, a nuestros propios temores cotidianos porque, nos enfrentamos a realidades, incertidumbre, enfermedad, pérdidas, competencia, emociones y dilemas que bien podrían estar rozándonos. Y, también, con estas mujeres nos acercamos a nuestros deseos y fuerza para perseguirlos hasta conseguirlos.

Además de todo lo indicado, también vemos en la novela como aparece una crítica feroz a la sociedad en general, y de la que deberíamos despertar y hacer frente a las injusticias, a la sociedad en la que todo es medido bajo la forma de rentabilidad, olvidándose de lo puramente humano así como a la atrocidad de una sociedad de castas donde las mujeres son apartadas y malditas.

Creo que la autora ha sabido dirigir su mirada hacia un mundo bastante demencial donde los temas en conflicto no se resuelven pero los hace visibles, narrando las historias de tres mujeres en su lucha por conseguirlo.

Somos seres humanos, no hay duda, es verdad, pero yo siento y comprendo al vivir que, a menudo, tenemos características de puro vegetal, hay personas que no pueden vivir más que en tierra de regadío, sustratos ricos y luminosos que facilitan la vida.

Otras , por el contrario, saben adaptarse a las grises y pétreas tierras de secano, individuos de fuerte carácter, de robusta determinación y vigorosos, que saben aprovechar el escaso rocío que les da la noche, mínima acuosidad que les deja vivir, que saben encajar golpes de la vida, a veces inhumanos.

Gentes, personas que no van a rendirse nunca, que conseguirán salir adelante porque necesitan crear lazos de unión con la justicia social, política, económica, de credo de raza, de condición predeterminada o sobrevenida.

Es el caso de estas mujeres, mujeres que saben impulsarse con fuerza para salir del tono gris, cuando no negro, del secano pedregoso.

Siento su impulso y la alegría de que su fuerza no se quede en cada una de ellas por separado, ni promoviendo el nuevo credo de la individualidad y del sálvese quien pueda.

Esta ha sido mi lectura, este es el libro en el que las mujeres no piden sino que actúan.