El vuelo de la cometa

“Léna lo sabe: «Educar a una mujer es educar a toda una nación», como dice un proverbio africano. Las niñas con las que trata no tendrán otra oportunidad de recibir educación: la escuela es su única posibilidad de escapar de la prisión invisible en la que la sociedad quiere encerrarlas.” ~ El vuelo de la cometa de Laetitia Colombani.

Siempre agradeceré a mis mayores la importancia que le dieron a la educación. Mis padres me inculcaron desde pequeña la necesidad de estudiar, de convertirme en una persona con la mejor formación que ellos me podían ofrecer, e hicieron todos los esfuerzos económicos necesarios para que así fuese. No hicieron distinciones y todos, niñas y niños, teníamos el mismo derecho a estudiar lo más alto a lo que pudiésemos llegar.

En España, hasta no hace mucho, tampoco era habitual que la mujer llenase las aulas. ¿Para qué si su presunta función era gestionar una casa como lo habían hecho las mujeres de su familia de otras generaciones? A mis mayores, sobre todo a las mujeres, también las he escuchado mil y una veces contar cuánto les gustaba ir al colegio, y qué suerte poder ir ahora y no ser destinadas, desde muy niñas, a otros quehaceres.

Ahora da gusto ver las aulas llenas, a las jóvenes en las gradas de las universidades, las miradas femeninas en las consultas de los médicos o los puestos en las orquestas de música, por mencionar ambientes en los que me muevo. Como madre sé que la mejor herencia que le puedo dejar a mis descendientes es precisamente esa, la formación, y que todo lo que aprendan será para ellos, nadie se lo podrá arrebatar. Cuando somos jóvenes no nos damos cuenta, pensamos "jo, qué rollo!" aun sabiendo que niños y niñas de medio mundo darían lo que fuera por poder pasar una mañana en el colegio, saciando su curiosidad o formándose con la esperanza de romper el círculo vicioso de pobreza que marca las generaciones de su familia y que sólo podría evitarse con una formación inalcanzable.

Por eso este libro –que me lo he leído de un tirón– me ha llegado al corazón. En él conocemos a Lena, una francesa que en un viaje a la India casi pierde la vida. Una niña, que juega con una cometa en la playa, es la que facilita que la rescaten del mar. Lena no sabe cómo agradecérselo hasta que cae en la cuenta de que el mejor regalo que le puede hacer es darle una educación a la que como niña pobre en la India no tiene derecho. Ahí comienza un fantástico viaje de una cometa que vuela cada vez más alto gracias a ese hilo que puede ir soltándose por la formación que permite llegar más lejos. Sin embargo, dar una vuelta a ese hilo no es tarea fácil y Lena tendrá que pelear contra una sociedad muy rígida.

Quedaos con la frase que he elegido de cabecera, ahí está todo.