El encuadernador

En primer lugar , agradecer a Plaza y Janés haber puesto este libro en mi camino. Es una historia de amor (poco frecuente) es magia, es fantasía. Tres personajes principales, Emmett Farmer, Lucian Darnay, y los libros, porque si, son casi como otro personaje más.
Emmett es un campesino, pero no un campesino cualquiera. Un buen día como dice la sinopsis, recibe una carta que cambiará su vida por completo, lo requieren para encuadernar libros y no puede negarse. Los libros en este caso no son meras páginas cargadas de historias ficticias, son algo más, casi mágicos, cargados de recuerdos reales, vivencias que se quieren olvidar. A los encuadernadores por ello se les trata casi como a brujos, se les teme y no resulta algo positivo formar parte de este gremio. A Emmett como digo, le cambia la vida por completo, lo iréis descubriendo, a partir de aquí cualquier cosa que diga acaba en spoiler.
Este libro consta de 476 páginas y una encuadernación preciosa. La sobrecubierta es muy bonita, pero bajo ésta su tapa dura lo es más, azul con ribeteados en oro. El tamaño de la letra, medio.
Se lee de forma sencilla, ágil, tiene un lenguaje cercano. Contiene descripciones que te sumergen en ese mundo ficticio y fantasioso, sin resultar pesadas porque no son extensas. Es adictivo, necesitas saber, continuar.
Está dividido en tres partes. En la primera y segunda narra Emmett, y en la tercera Darnay. Hay saltos de tiempo, no es cronológico y debo reconocer que al llegar a la segunda parte no entendía que estaba pasando.
Los personajes están bien construidos, los acabas conociendo. Respecto a esto mencionar que a veces me resultaba muy tensa la animaversión de Emmett hacia Lucian, si es verdad que no he llegado a entender los motivos que lo empujaban a no poderlo ni ver.
En el transcurso de esta historia, me he enfadado, he llorado, y si un libro te genera sentimientos, malo no es.
El final me ha indignado, no digo más.
Yo os animo a leerlo porque es una historia original y diferente.