El trigo tierno

Qué ganas tenía de descubrir la prosa de Colette. Una mujer marcada por una vida y una obra escandalosas. Escritora y artista de cabaret. Activista, feminista y bisexual, en una época en la que todo esto era intolerable.

Y leerla ha sido, nunca mejor dicho, un pequeño placer. Me ha sorprendido la belleza y delicadeza de su prosa. Llena de unas descripciones tan preciosas para evocar la naturaleza, que consiguen provocar todos los sentidos en el lector. Se puede ver el paisaje, escuchar el rumor del mar y el viento, ver los colores, sentir los olores e incluso los sabores. Unas descripciones que invitan a leer poco a poco, disfrutando de lo escrito y volviéndolo a leer, sólo por placer.

Una historia sencilla que esconde el descubrimiento del amor entre dos adolescentes de 15 y 16 años, amigos inseparables desde pequeños y que ahora se dan cuenta de que las miradas ya no son las mismas, que los juegos ya no son inocentes y que estar juntos ya no es fácil. Philippe y Vinca ya no saben cómo quererse, no saben qué hacer con esos cuerpos que están cambiando y esos sentimientos que brotan sin medida, y temen perder todo lo que aún no ha llegado. El miedo a las primeras veces y el miedo a un futuro que todavía es presente. El miedo a entrar en el mundo de los adultos y no poder volver a salir de él.

La sutileza necesaria para describir lo que no se puede decir, pero está pasando está muy bien encontrada y éste es un punto fuerte de esta nouvelle. El uso de un lenguaje delicado y sensual, buscando dobles sentidos a las palabras empleadas para explicar lo que estaba prohibido, hace que su escritura se convierta en un placer para el lector.

Otro pequeño placer que se posiciona entre las mejores lecturas. Una colección llena de pequeños tesoros siempre recomendables.