Quizá, pero no existirías sin una mujer, ¿no? Por poco uso que nos encuentres, somos más inteligentes, más resueltas y más pacientes que los hombres. Los hombres serán más fuertes, pero es la mujer la que aguanta.
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Quizá, pero no existirías sin una mujer, ¿no? Por poco uso que nos encuentres, somos más inteligentes, más resueltas y más pacientes que los hombres. Los hombres serán más fuertes, pero es la mujer la que aguanta.
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Las costumbres de años no se pierden tan rápido. No cometas el error de creer que no te quiere porque juega a no hacerlo. Enfréntate a él si lo necesitas y exígele la verdad, pero no cometas el error de alejarte porque crees que es una causa perdida. No lo alejes de tu corazón. Porque si lo haces, lo lamentarás.
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Conoces esa sensación, cuando estás leyendo un libro y sabes que va a ser una tragedia; cuando puedes notar cómo se acerca el frío y la oscuridad, ver cómo la red se va cerrando sobre los personajes que viven y respiran en las páginas. Pero estás atado a la historia como si estuvieras atado detrás del carruaje, y no puedes soltarte ni cambiar el rumbo. [...] Ahora me siento como si pasara eso, sólo que no a los personajes de un libro, sino a mis propios queridos amigos y compañeros.
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No estoy solo. Donde quiera que estemos, somos uno.
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Nos vemos mejor en los ojos de aquellos que nos aman.
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La vida es un libro, y hay mil páginas que aún no he leído. Las querría leer contigo, tantas como pueda, antes de morir.
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La vida está llena de riesgos. La muerte es mucho más sencilla.
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Eres el último sueño de mi alma. Eres el primer sueño, el único sueño que nunca pude obligarme a dejar de soñar. Eres el primer sueño de mi alma, y de ese sueño espero que nazcan todos los otros sueños, toda una vida de sueños. |
Todo encuentro tenía su separación, y así sería, mientras la vida fuera mortal. En todo encuentro había algo de la tristeza de la partida, pero en toda partida también había algo de la alegría del encuentro.
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Y si tú dices que puedes morir mañana sin que nuestros labios vuelvan a tocarse, y que no lo lamentarás, entonces dímelo y no te lo pediré, porque sé que no tengo ningún derecho...
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Manolito ...