La muerte visita al dentista

Siguiendo con el maravilloso detective Hércules Poirot, en el mes de abril entramos a un crimen ocurrido en uno de los sitios más siniestros, macabros y peligrosos que se han creado: el consultorio de un dentista y con el perdón de todos los odontólogos, no hay una herramienta que provoque mayor temor en mí (y también en nuestro detective) que la fresa que clavan en nuestros hermosos dientes, pero como sabemos que es un mal necesario, vamos en forma regular a visitarlos, solo que en esta ocasión, tras su salida del consultorio, el dentista, Mr Morley, es encontrado muerto, suicidio o asesinato es el misterio a resolver y el investigador jefe de Scotlan Yard Japp, invita a Poirot a ayudarle a resolverlo, los sospechosos: un experto en finanzas y figura influyente, una mujer con zapatos curiosos o el amante celoso de la asistente del dentista.

En la historia vas a encontrar uno de los recursos que suele utilizar nuestra escritora Agatha Christie,  te señala un posible culpable, para luego al final, dar un giro dramático, aunque ha medida que la vas leyendo vas notando situaciones similares con otros libros, con algunos cambios sutiles que son los que dan diversidad a sus relatos y te hacen querer seguir leyendo sus historias y además, por lo menos para mí, me encanta cuando dota a Hércules Poirot de ese poder de deducción que admiramos tanto del habitante del 221b de Baker ST.

La muerte visita al dentista es un libro que lees en una sentada porque conecta misterio tras misterio y te cuesta hacer pausas para continuar, y al final aprendes "las conversaciones son siempre peligrosas si se tiene algo que ocultar