Inocencia trágica

Hacia como un año y medio que no leía nada de Agatha Christie. No me había percatado de cuanto la echaba de menos hasta que me he puesto manos a la obra con este libro, y esta lectura me ha recordado porque me hace tanto bien las obras de esta mujer y porque la disfruto tanto, tantísimo. En serio, pocos autores lo logran como ella, sus libros siempre consiguen atraparme de la primera a la última linea, tenerme en tensión cada vez que paso la pagina por saber que se va a descubrir o que va a pasar, y hacer que me explote la cabeza de las cábalas que me monto. Leerla suponen nervios, pero nervios de los buenos, de los que se disfrutan y hacen que la lectura se convierta en algo absorbente y apasionante. Increíble que se logre todo eso con tramas que a priori parecen muy simples, pero que según vas escarbando resultan más complejas.

En concreto, la novela que nos ocupa “Inocencia Trágica”, era una de las que más ganas tenía de leer, porque quería hacerlo antes de ver la miniserie que hicieron sobre ella en 2018, y que tiene muy (pero que muy) buena pinta. En esta ocasión, Christie se introduce en una historia que trata sobre el pasado y los rencores y las relaciones familiares. El núcleo de la historia es el asesinato de la millonaria filántropa Rachel Argyle, del cuál fue acusado uno de sus hijos adoptivos, Jacko, quien por ello fue llevado a la cárcel, donde fallece de neumonía. Recién llegado de una expedición en el Antártico, el doctor Arthur Calgary interrumpirá en la vida de la familia Argyle dos años después de la tragedia, con una información que prueba la inocencia de Jacko. A partir de ahí empezara el calvario para una familia que ya había pasado página, enfrentada a la posibilidad de albergar a un asesino que se esconde en las sombras.

En esta ocasión no aparecen los dos personajes más importantes y conocidos de la autora, Hercules Poirot y la señorita Marple (Por cierto, hace muchos años que no leo una novela protagonizada por esta entrañable mujer. En la próxima que lea de Christie tiene que salir ella si o sí). Ágata no los necesita esta vez para crear una historia llena de tensión que se puede cortar con un cuchillo y en la que no hay ninguna figura investigadora propiamente dicha. Y con un giro en sus últimas páginas que lo pone todo patas arriba y que deja con la boca abierta al lector. Tengo que reconocer que a lo largo de la mayor parte de la lectura me estaba devanando los sesos buscando al posible culpable. Hay veces en que esto lo percibo muy rápidamente. Pero en esta ocasión la tía Agatha me ha tenido prácticamente en la inopia hasta casi el final. Y digo esto porque tengo que reconocer que en las últimas 25 páginas ya me empecé a oler cómo era el percal, adivinando la resolución del misterio y quien era el asesino. de todas formas, me quedo con lo que ya he dicho antes, que durante la mayor parte de la lectura estuve sin pillarlo y sospechando de todos y cada uno de los posibles culpables. Normalmente, en la mayoría de los libros que leído de Agatha Christie siempre hay uno o dos sospechosos a los que descarto muy fácilmente, pero en esta ocasión tenía mis dudas de todos y cada uno de ellos.

Si hay algo que me ha llamado la atención en está ocasión es que la narración no se centra tanto en desentrañar el misterio y en la consecución de pistas que lleven hacia el culpable, como en las propias personalidades y motivaciones de cada uno de los miembros de la familia Argyle para haber cometido el crimen, en las relaciones entre ellos, y en como cada uno de ellos sospecha de cualquier otro familiar. Creo que nunca una obra de Christie tuvo tanto de drama familiar como esta novela, y ello la hace la novela más diferente a todas las que he leído de la indiscutible reina del crimen. La capacidad de la autora para crear ambientaciones de aspecto sencillo y plácido, y otorgar a sus personajes relaciones entre ellos muy complejas y personalidades más ricas de lo que pueden aparentar a simple vista, llega en esta novela a su máximo esplendor, con unos personajes impecablemente caracterizados. La forma en que la personalidad de la difunta Rachel Argyle y sus forma de ser y actuar en vida siguen resonando en su hogar y entre los miembros de su familia tenia algo que me recordaba a la Rebecca de Winter de la novela de du Maurier.

Pero, al mismo tiempo, y aunque insisto, la novela me ha encantado, no he podido evitar echar en falta que haya más de trabajo policial y de búsqueda de la asesino en esta historia. Ese elemento es lo que me falta para hacer de “Inocencia Trágica” una novela completamente redonda. Es más, durante la mayor parte de la lectura estaba convencida de que esta obra iba a entrar de lleno en mi Top de libros preferidos de Agatha Christie. Y tengo que decir que aunque me haya gustado mucho, no estoy segura del todo de que vaya a pasar como una de mis preferidas. Desde luego es una obra que no tiene desperdicio, una de las más diferentes de todas las que escribió una de las escritoras más celebres de la historia, y me ha resultado una lectura trepidante, absorbente y muy especial. Pero me falta ese punto y me sobra algo de introspección por parte de los personajes y sus motivaciones para que sea un auténtico tráiler perfecto. Pero de todas formas, lo dicho: es una estupenda novela de Agatha Christie, y a nivel narrativo y de ambientación, probablemente una de las mejores que nos ha legado.