El tren de las 4.50

Elspeth McGillicuddy presencia un asesinato en un tren paralelo al tren en el que ella viaja. Nadie más ha visto nada ni se ha encontrado ningún cadáver, por lo que muchos creen que se trata de un delirio de una anciana. Se lo cuenta a su amiga miss Marple y esta por supuesto que la cree, es más, empieza a dar forma a un plan para recabar más pistas y encontrar el cadáver.

Para ello se pone en contacto con Lucy Eyelesbarrow, una mujer inteligente que trabaja como asistente doméstica en familias de alta alcurnia debido a su profesionalidad y buen hacer. Como parte del plan, comienza a trabajar en la casa del viejo Crackenthorpe, donde vive con su hija Emma, que es la que lo cuida, aunque tiene varios hijos más.

En este encuadre, van apareciendo pistas y un cadáver, pero ¿quién es? ¿Es quién vio McGillicuddy en el tren? Nadie parece conocer su identidad.

Una vez más, Agatha Christie me ha mantenido enganchada a las páginas de su libro hasta terminarlo. Es la primera vez que leo una novela protagonizada por miss Marple, ya que las anteriores que he leído siempre tenían como detective a Poirot, y he de decir que si este me encanta, a miss Marple la adoro. Tiene ese toque de anciana entrañable pero no se le escapa una pista.

Como siempre, la historia se va tejiendo poco a poco, con pequeñas pistas y suposiciones que te hacen sospechar de todos los personajes, hasta que llegas a las últimas páginas y el culpable es quien menos te lo esperas, o por lo menos ese ha sido mi caso; nunca descubro quién es el asesino.

Os recomiendo mucho leer a Agatha Christie, yo ya no voy a parar de hacerlo ahora que he descubierto sus historias.