Diez negritos

Diez personas son invitadas a pasar unos días en la Isla del Negro y, unas vez instaladas en la mansión donde se van a hospedar, una voz en off, proveniente de un gramófono, les dice que van a morir todos, recitando una serie de crímenes que, supuestamente, han cometido. Además, en cada una de las habitaciones, se encuentra la letra de una famosa canción de cuna, que será la guía de cada una de las muertes que se producen en la isla.

Los invitados, en shock y negando las infamias de esa misteriosa voz, comenzarán a hacer conjeturas sobre la procedencia de las cartas en las que un tal Owen los invitaba a una estancia en la Isla.

Desde el momento en el que muere la primera persona, el resto de personajes intentarán buscarle una lógica a la situación y descifrar quién es el asesino, pero lo que no esperaban es que todos fueran cayendo como moscas, uno a uno.

¿Quién ha perpetrado los asesinatos? ¿Ha sido alguien externo al grupo? ¿Hay alguien más en la Isla? ¿Quién desea hacerles tanto daño? Estas son las preguntas que van surgiendo a lo largo de la novela, mientras la autora va jugando con el lector, soltando piezas de un puzzle que se forma al final, cuando descubrimos quién era el causante de todo. de forma magistral, la autora nos confunde, nos lleva por un camino u otro y nos hace dudar.

Es la primera vez que leo a la autora y me ha gustado mucho. Consigue que la confusión sea otro ingrediente más de la lectura y me he sentido como una espectadora en primera fila, asistiendo a una especie de obra de teatro en la que cada personaje tiene que morir por decisión de otro. Sin duda, volveré a leer a la autora.