Asesinato en el campo de golf

En «Asesinato en el campo de golf» el intelecto de Poirot se verá enfrentado contra el cerebro de Giraud, un genial detective de París, mucho más joven pero menos empático; de tal forma que juntos tomarán caminos diferentes para descubrir el misterio detrás de la muerte de un hombre rico.

Agatha Christie vuelve con un nuevo misterio que dejará en manos del metódico Poirot, narrado desde el punto de vista de Hastings, el inseparable amigo del detective. En un lugar de Francia es encontrado el cuerpo de un hombre apuñalado por la espalda y arrojado sobre el campo de golf que estaba construyendo junto a su villa. El caso no podría ser más extraño, pues horas antes el hombre muerto le había enviado una nota a Poirot para que usara sus habilidades detectivescas y ayudara a protegerlo contra un peligro inminente.

La autora plantea una situación de manera tal que el lector logre establecer los hechos principales, el señor Renauld es encontrado muerto en el campo de golf, había pedido ayuda a Poirot para que lo protegiera, sin embargo, el detective llegaría tarde. Luego pasa a mostrar a los posibles sospechosos, estableciendo qué papeles juegan en el caso y cuáles eran sus actividades en el momento en que fue asesinada la víctima, un caso fácil en apariencia que se torna aún más oscuro y complejo, dejando la premisa como una mera fachada que oculta una verdad que dejará al lector intrigado.

Agatha Christie juega, como siempre, con el lector al entregarle pistas que permitan la resolución del caso y desvelen al asesino, pero se cuida muy bien de no dejar que logre ver la verdad antes que Poirot, esta vez el caso no será nada fácil dado que lo que aparenta ser real no es más que una ilusión creada tanto por el asesino como por los sospechosos, estos últimos sin saber que sus acciones hacen mucho más enigmático el caso.

En «Asesinato en el campo de golf» la autora sorprende con varios giros argumentales que ayudan a desdibujar la sensación de historia lineal, sin embargo, peca al crear tantos; haciendo que cuando el lector cree llegar a la resolución, aparece de nuevo un hecho que cambia todo, en principio el recurso literario es interesante, pero cuando se repite demasiado tiende a cansar.

Es interesante la tensión que se crea alrededor de los dos detectives, cada uno con sus tácticas en pro de encontrar la verdad. Mientras Giraud basa sus deducciones en las pistas encontradas en la escena del crimen y los interrogatorios de los sospechosos, Poirot se fija más en las actitudes de las personas, haciendo de la naturaleza humana su arma más potente contra el criminal.

Agatha logra su cometido de entretener, sin embargo, la novela pareció ser un poco más larga de lo que necesitaba y con demasiados personajes que bien pudieron ser eliminados, lo mismo ocurre con la cantidad de giros argumentales que se suscitan a lo largo del caso. Pero en términos generales la narración es ágil y práctica, haciendo que el lector también se interese en la resolución al obtener información a cuentagotas; es de notar la interesante lucha de intelectos entre Giraud y Poirot, además de los toques de humor que se dejan ver de cuando en cuando en espacial con el personaje de Hastings.
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