Los dioses eran como la luna: lo bastante lejanos como para no estar en su mente a todas horas, lo bastante poderosos como para inspirar asombro.
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Los dioses eran como la luna: lo bastante lejanos como para no estar en su mente a todas horas, lo bastante poderosos como para inspirar asombro.
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Tus acciones han provocado gravísimas consecuencias, muchacha. Como Pandava de esta generación, ahora es tú deber responder a la llamada y aceptar la misión.
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La edad de la inocencia