Esta historia sobre la corrupción, el primer amor y la inteligencia artificial en el más allá chino, aúna la sátira y la esperanza. Nos situamos en la décima corte del infierno, allí, los espíritus que son bastante ricos pueden sobornar a los funcionarios del inframundo y así librarse de terribles tormentos y de la temida reencarnación. Es una no-muerte cómoda, parecida a la vida, incluso para Siew Tsin, casada contra su voluntad con el hombre más rico del infierno y sin ninguna expectativa ni intereses futuros. Sin embargo, un día su marido trae a casa a una nueva esposa, Yonghua, que es una mujer artificial hecha de terracota, y su mera existencia pondrá el inframundo patas arriba. Tras conocerla, Siew Tsin no volverá a ser la misma. El libro cuenta con un posfacio sobre las tradiciones funerarias chinas que apareccen en la historia por Wang Xing, además de algunas ilustraciones en tonos rojizos y negros que le dan mucha vida a la historia. Ha sido interesante conocer la vida después de la muerte en la tradición china, aunque me ha sabido a poco, ha ido todo muy rápido, pero eso era de esperar porque se trata de un cuento. |