Creo que funciona mucho mejor como discurso en directo que como libro. Directo, mordaz, sencillo, compuesto de anécdotas del día a día en la vida de la autora, extrapolables a cualquier mujer en cualquier país. Concienciador de una realidad que a veces, por "normal", se pasa por alto. Todas estas cualidades son de diez para un discurso, pero al pasarlas al papel, creo que se podría haber completado con algo más de profundidad. Aún así, todos deberíamos leerlo, y todos deberíamos ser feministas. |