Americanah

Si hubo una lectura que el año pasado me conmoviera profundamente, esa fue “La Flor Púrpura”, primera incursión que hice a la prosa de Chimamanda Ngozi Adichie. Obviamente, tuve muy claro que este no iba a ser el último libro que leyera de esta autora, y de todas sus obras la que más me llamo la atención fue la presente “Americanah”. Además ha coincidido que la leí justo en el #blackhistorymonth, una propuesta que vi en instagram y que consiste en leer libros de autores negros que tratan sobre las problemáticas y el racismo que los negros han padecido a lo largo de la historia. Yo no conocía esta idea, la descubrí a los dos días de empezar este libro. Pero creo que, de alguna tenue manera, esta propuesta le han dado otro toque a la manera que tenido de enfrentarme a la lectura y leerla.

A grandes rasgos “Americanah” es una novela que me ha gustado bastante. La obra trata sobre Ifemelu, una joven nigeriana que recibe una beca que le permite trasladarse a los Estados Unidos de América a estudiar en la universidad. La novela trata sobre los problemas políticos, económicos y sociales que parece Nigeria, y que hace que muchos jóvenes traten de huir de la miseria imperante en el país y buscar fortuna en Europa o América. También trata el problema de la negritud y el racismo en los Estados Unidos, y la búsqueda vital y racial de los inmigrantes de su identidad cultural dentro de su sociedad compleja y difícil para la gente de color.

La novela tiene un fin y lo cumple completa y plenamente, trata sobre el racismo y sobre diferentes vertientes de este en la vida y la cultura americana. Se toca todo tipo de temas y de vertientes dentro de ese complejo campo, con gran perspicacia, incisión y sátira. Nada se salva de ser tocado y analizado por la habilidosa pluma de Adichie, trata absolutamente todo, incluso cuestiones que los lectores blancos podrían haber obviado, como el tema de pelo de las africanas y la necesidad de alisarlo para demostrar su profesionalidad. Y es que, al fin de al cabo, la novela no ha dejado de ser un producto creado como medio para tratar la cuestión del racismo, cada una de sus páginas es deudora, de una forma u otra, de este fin. Y eso al final, acaba yendo un tanto en contra de la obra, muchos de estos temas se tratan tantas veces, que consiguen que la narración acabe haciéndose un tanto repetitiva y machacona.

En este sentido, no obstante, es de agradecer el buen hacer de Adichie, quien demuestra ser una excelente narradora. Su estilo es claro y directo, sin tiempos muertos, sin andarse por las ramas incide en lo que quiere decir, siendo los diálogos muy ágiles, de esos que hacen avanzar la trama. Esto no solo se agradece, es que es necesario para poder leer bien la novela. Y no solo por lo espeso que puede resultar a veces todos los palos que toca. También por el hecho de que estamos ante una trama que va a ir ganándose a lo largo de quince años y por la cual pasan gran cantidad de personajes. Para no perder la atención del lector es muy necesario que todo sea escrito con soltura y agilidad, algo que la autora logra de forma muy eficaz. Los temas que trata pueden resultar muy complejos, al igual que los sentimientos que expresa, pero logra presentarlos con gran facilidad y precisión vital, llegando a diseccionar diferentes comportamientos humanos y diferentes formas de ver un mismo asunto. Todo ello usando como hilo conductor las experiencias de Ifemelu y, en menor medidad, de Obinze, su amor de juventud a quien dejo atrás al emigrar. En sus historias hay algo muy potente que solo consigue las narraciones que tienen algo de autobiográfico, cuyas raíces se hunden en experiencias reales. Y ese sesgo de profundo y cruel realismo se percibe en muchos momentos de la obra, en la forma que tiene la autora de usar las palabras para expresar situaciones y sentimientos, de forma que conecta con el lector plenamente. Porque sabe de que está hablando.

Sí, a grandes rasgos podemos decir que la novela es muy interesante de leer, nos muestra las mil y unas caras de la cultura americana respecto al trato a los negros y los inmigrantes, y como es el día a día de un extranjero tratando de aclimatarse a sus usos sociales, económicos e ideológicos, y lo cumple perfectamente. Pero hay un par de cuestiones que me han chirriado un poco, y que me han lastrado bastante la lectura en ciertos momentos.

En primer lugar no me ha gustado que aparte de la forma con que encaran los diversos problemas y situaciones a los que se enfrentan Ifemelu y Obinze, otras posibilidades representadas por otros personajes son vistos y representados con cierto tonillo sorna y desdén. Parece que los dos personajes principales de la novela están revestidos de una pátina de superioridad que les hace diferentes y ,a veces, hasta superiores a otros caracteres de la obra. Ese aspecto para mí le ha quitado credibilidad a todo lo que se cuenta, parece que la autora olvida que cada situación es un mundo y que cada personaje habrá actuado o se habrá adaptado a su nueva cultura de adopción como buenamente habrá podido. Es cierto que nosotros lo vemos todo desde la perspectiva de Ifemelu y Obinze, Y que se equivocan mucha, muchísimas veces, y que las cosas les van fatal antes de ir mejorando. Pero Eso no les quita que, a veces, se permitan juicios de superioridad respecto a las personas que conocen y respecto a las formas en que se vive la inmigración y el racismo. No obstante, también hay que reconocer, también ellos reconocen caer en errores con respecto a esta cuestión.

Esto me llega al segundo punto que no me ha gustado. Aunque la pareja protagonista está nítidamente detallada, especialmente la protagonista, Ifemelu, y su evolución a lo largo de los años, que esta muy bien retratada. Pero me hubiera gustado que se hubieran incidido más en ciertos personajes a los que he visto bastante potencial y que podrían haber dado una perspectiva muy interesante de un mismo hecho o de una misma cuestión. O mejor aún, de sus propias historias. Eso me ha faltado, para que mentir.

Y por último, la historia de amor entre los dos personajes principales no me ha acabado de convencer. Y tiene su miga teniendo en cuenta que es uno de los pilares en los que se apoya toda la obra. Pero sinceramente a mi me ha sobrado muchísimo. Solo la he visto como un vehículo para demostrar la experiencia de Obinze en Londres, mostrar una línea paralela en la que al inmigrante no le salen las cosas bien en otro país que no sea América. Me parece que la historia de Ifemelu es lo suficientemente potente por sí misma sin este accesorio. de hecho para mí las últimas 50 o 60 páginas se me han hecho muy pesadas, incluso aburridas de leer, me han sobrado bastante. Algo interesante de señalar, teniendo en cuenta que esa parte de la obra está enfocada en dicha relación amorosa. Y es por esto que el final me has decepcionado enormemente, me ha parecido demasiado abierto y muy abrupto, no me parece que la historia general de la novela se haya cerrado bien, ya que se enfoca demasiado en este vinculo.

Para terminar, creo que “Americanah” es una novela muy interesante de leer en los tiempos en los que vivimos, que trata un tema tan importante como el Black Lives Matter y el racismo de una manera amena y cercana, que hace comprender muy bien lo que se está viviendo en los Estados Unidos de América y hasta qué punto es una cuestión deudora de la historia de esta nación. Pero a nivel personal, debo reconocer que me esperaba una lectura que me impactase tanto como “La Flor Púrpura”, me ha faltado aquí el desgarro y la belleza demoledora, triste y profunda que si encontré entre la páginas de la historia de la adolescente Kambili y su familia. Soy consciente de que es un tanto injusto, aunque sean dos obras de la misma autora tratan temas muy diferentes. Pero no he podido evitar sentirme así incluso cuando he terminado de leer “Americanah”. No obstante, si hay algo que me ha llamado la atención de ambas obras y que creo que es una de las grandes cualidades de Adichie como narradora es que son dos novelas que dejan, en mayor o menor medida, marca en el lector, que cuando los cierras se da cuenta de la enormidad de cosas que ha leído y de la gran inteligencia y fuerza de la autora.