Con este libro tenía las espectativas bastante bajas, pero tengo que reconocer que, sobre todo a medida que iba pasando páginas, me empecé a enganchar. Es muy sencillo de leer y desde luego que la historia que cuenta es la de muchos adolescentes, la que muchos hemos vivido en menor o mayor parte. Charlie nos cuenta su año de instituto contándonos en cartas todas sus vivencias, mejores y peores. La vida de su familia y hermanos, su relación con Sam y Patrick, así como con Bill, su maravilloso profesor de lengua que va adquiriendo importancia en la medida en que avanzas. Lo que menos me ha gustado, o al menos a mí me ha agotado un poco al leerlo, es que su forma de dirigirse a nosotros (la forma en la que está escrito el libro, con sus cartas) es muy infantil. Es a veces repetitivo y no me acaban de encajar un poco sus diálogos con nosotros con su edad. Pero desde luego el libro está bien! Ojito al final... |