"-No me gustan sus maneras -dijo Kingsley con una voz con la que podría haberse triturado un coco. -No importa -le respondí-; no están en venta." Recién terminada la cuarta novela de Raymond Chandler, "La dama del lago", que quizá no alcance el nivel de "El sueño eterno" o "Adios muñeca", pero en dónde volvemos a encontrar a un Philip Marlowe en estado puro. Como siempre, grandes descripciones y diálogos. |