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Con esta novela me pasó algo curioso. La entendí mal, creía que el protagonista (uno de los dos) había matado al otro nada más iniciar la trama y ya no tenía sentido seguir leyendo; sentía que me habían desvelado lo interesante que podía presentar. La dejé durante más de un año aparcada y alguien me habló de ella, de lo estupenda y original que era. Y decidí recuperarla.
Me la he ventilado en una semana.
Pero no. Tiene una peculiaridad que la distingue de las novelas negras habituales. Y es una novela negra cien por cien.

Dos protagonistas en igualdad de condiciones narrativa. Tan interesantes, como opuestos, tan importantes, como contrarios. Y esa contrariedad es la que define la historia.

Como el gato y el ratón. Como el Poli y el Ladrón.
Aunque aquí no se persiguen. O eso creen el uno del otro.

Sinopsis: la novela nos presenta a Joshua Kane que trama un asesinato (así directamente) peto es meticuloso y eligue bien a sus víctimas. Tiene un propósito. Además , sufre una patología curiosa que lo hace casi parecer "no humano", no sufre dolor.

Al mismo tiempo, el abogado Eddie Flynn es contratado para defender a Bobby Solomon del homicidio de su esposa y Carl Tozer. Cree en su inocencia (de la que es culpable Kane) y debe convencer al jurado, entre el que se encuentra Kane. Este último tendrá que quitarse de encima a otros miembros del jurado que considere innecesarios para el verdecito final.

Y precisamente el final es lo que nos traerá una de las mejores sorpresas de la novela, contada de forma sencilla y coherentemente.

Una lectura amena. Descripciones exactas y precisas, sin parafernalias, sin enredos . Capítulos cortos en una narración de 380 páginas en las que no sobra ni una

Opinión personal:

Narrativamente excepcional. Va al grano y lleno de detalles, elementos que soportan la trama , con una estructura episódica intercalando el desarrollo del juicio y las apreciaciones del asesino.

La frase final , rompedora.

Puntuación 10/10.
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