El juego del alma

Miren Triggs se halla inmersa en una vorágine de emociones y eventos derivados de la chica de nieve cuando se encuentra con que alguien le ha hecho llegar un sobre que guarda en su interior una polaroid; esta fotografía muestra a una adolescente secuestrada atada de manos y amordazada, y con una inscripción debajo: «GINA PEBBLES, 2002». Estamos en 2011, por lo que esta chica lleva nueve años ¿desaparecida?, ¿muerta? ¿Por qué recibe Miren justo ahora esta fotografía?

Por otro lado, a la vez que intentan averiguar algo sobre Gina, un suceso reciente hace que Miren y Jim, su antiguo profesor, tengan que unir fuerzas para llegar al fondo del asunto: una chica ha aparecido crucificada a las afueras de Nueva York. Esta atrocidad los lleva a acercarse al entorno de la chica y a descubrir una red de secretos relacionados con una comunidad religiosa que les resulta muy turbia, como poco. Por supuesto, todo esto sin dejar de lado el asunto de la fotografía de Gina Pebbles...

¿Qué decir de este libro? Pues realmente no puedo decir mucho más, pues respeto la promesa que tenemos entre autor y lectores de recomendar el libro sin contar mucho más allá de la sinopsis.

En El juego del alma volvemos a tener a los protagonistas de la chica de nieve y, aunque son historias independientes, yo personalmente recomiendo leer en primer lugar La chica de nieve. El porqué es básicamente para entender mejor tanto a Miren como a Jim, ya que en esta nueva novela se ahonda más en lo que el autor nos cuenta de estos dos personajes en la anterior y, además, hay referencias al caso de Kiera Templeton. Para mí ha sido imprescindible leerlos así. En La chica de nieve no terminé de conectar con Miren, a pesar de que la historia me encantó, pero ha sido leyendo El juego del alma, en un momento concreto en el que hace una llamada, cuando la pieza que me faltaba apareció; a partir de ahí puedo decir que conecté con la periodista y la adoré.

La trama me ha resultado bastante sencilla de seguir. He tenido la sensación de ir colocando piezas de un puzle de forma ordenada, poco a poco, hasta llegar a ciertos giros inesperados por completo en los que me daba cuenta de que había puesto la pieza equivocada. Me ha encantado todo el desarrollo de la historia y el final me ha parecido el mejor posible.
En definitiva, es una historia buenísima, bien construida, que entretiene, que engancha y que deja muy buen sabor de boca. ¿Qué más se puede pedir? Ahora solo queda esperar a marzo. ღ

«Cuando apuestas tu alma, ganes o pierdas, nunca vuelves a ser el mismo».