El juego del alma

«El juego del alma» ha sido toda una grata sorpresa, y es que, tras La chica de nieve, no las tenía todas conmigo puesto que no fue todo lo que esperaba. Sin embargo, ha conseguido convencerme de nuevo, creando una obra con más chicha que la anterior.

Una obra autoconclusiva aunque con la misma protagonista que la anterior. Que se puede leer de forma independiente, sin embargo, nos vamos a encontrar con alguna cosita que ya conocerás si has leído La chica de nieve. En caso contrario, no pasa nada, solo perderás esa sensación agradable de conectar las obras pero no influirá en la trama.

El márquetin tras esta novela hacía que fuera con mis reservas con ella, puesto que ya sabemos cómo es la cosa. Por suerte, en esta ocasión me he dado con una trama que me ha tenido muy muy enganchada, tanto que el libro me ha durado un suspiro. No podía dejar de leer. En esta obra se nota ya la experiencia del autor en todos los aspectos. Una trama más pulida, bien hilada, que sabe dejarte pistas para ir descubriendo en varios giros de los acontecimientos.

Inicia con un capítulo cuya tensión está por las nubes y esto consigue atraparte. Lo bueno es que aunque hay momentos más relajados, esa tensión no se desvanece. La trama tiene un ritmo medio-alto, y en los momentos más «relajados» no te da sensación de aburrimiento en ningún momento. Ese ritmo algo discontinuo no le hace mal a la obra.

Como amante del thriller, El juego del alma, ha llegado en un momento genial. Lo he podido disfrutar página a página, he encontrado una obra mejor desarrollada con una trama que me ha fascinado desde el inicio. En definitiva, ahora sí, Javier Castillo da un salto de nivel en esto del thriller.
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