El día que se perdió la cordura

El libro empieza con varios hilos temporales lo cual puede resultar difícil o extraño en un inicio. Pero después cuando ubicas todas las tramas es tan sencillo cómo fijarte al inicio del capítulo de cuál se trata.
Me ha llamado la atención la facilidad con la que el autor trata y describe sentimientos complejos como el miedo, la empatía, la convicción, la duda sobre las creencias...
Otro aspecto llamativo es lo visual que son los diálogos entre Stella y Jacob, se puede imaginar a la perfección el espacio en el que se dan, las reacciones de los personajes e incluso sus respectivas formas de hablar, lo cual hace la lectura muy interesante.
Hablando de Jacob, mi personaje favorito, es muy llamativo cómo Javier Castillo es capaz de crear un personaje que durante medio libro está contando una historia muy larga pero no resulta tediosa e insustancial. Todo el relato tiene importancia para unir las piezas del puzzle.
Jacob es el personaje que más intriga me ha suscitado a lo largo del relato, esa sensación a onmisciencia. Saberlo todo, decirte sin palabras que sabe todo lo que vas a leer en las siguientes páginas.
También es maravilloso el plot twist del personaje de Laura, el símil que autor hace entre el personaje y Atrapos y las reflexiones sobre el destino.
Es interesante cómo desde un inicio te habla de las conversaciones sobre psicología... entre Laura y el Director sin que seas consciente cuán importantes van a ser en el relato.
Y los últimos giros de la trama con la realidad de Stella y la relevancia que adquiere Carla en las últimas páginas ponen el broche de oro a esta novela.
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