El adversario

«La gente no sabe lo que es la locura. Es horrible. Es lo más horrible que hay en el mundo»
 
Jean-Claude Romand un mitómano (mentiroso compulsivo), narcisista y criminal que el 9 de enero de 1993 asesinó a su mujer, a sus dos hijos, a sus padres y al perro de estos. Comprender a estos seres humanos es un reto para la psicología y la psiquiatría, porque quizá, solo quizá, cuando se llegue a comprender este tipo de comportamientos, se pueda atajar.
                Dieciocho años fingiendo ser otra persona, haciendo creer a sus padres, a su mujer, a sus hijos, amigos, vecinos y un largo etcétera, que era médico y trabajaba en la OMS. Durante las investigaciones posteriores se descubrió que no había terminado la carrera de medicina, pero había estudiado para cada uno de los exámenes, los expertos que llevaron el caso, no fueron capaces de dar una explicación a este comportamiento dilatado en el tiempo. Nadie conocía al verdadero Jean-Claude, ni su familia. Su vida giraba entorno a la mentira. Y los asesinatos son la consecuencia inevitable de todas esas mentiras.
 
«He matado a todos los que amaba, pero por fin soy yo»
 
                Terrorífico. Se analizó hasta el más mínimo detalle de su vida, empezando por la infancia. Fue un chico solitario, con pocos amigos y retraído. Hijo único. Su madre con una salud delicada y una enfermedad indeterminada, no soportaba las aflicciones, la hacían recaer, quizá por eso Jean-Claude creció reprimiendo sus frustraciones, sus problemas, si los comentaba en casa, su madre sufría y recaía, lo mejor ocultar los sinsabores de la vida y fingir que todo va maravillosamente. Como estudiante, pasó sin llamar la atención, sin mayores inconvenientes. Se matriculó en medicina y llegó al segundo curso sin complicaciones, ¿qué sucedió después? En el examen de Fisiología se durmió, no escuchó el despertador, era eliminatorio. Este fue el punto de inflexión. Tendría que repetir, asumir que cometió un error, que las cosas se pueden torcer y algo puede salir mal, pero ¿qué había enseñado a su cerebro? La primera de sus grandes mentiras, que además coincide con que su novia, Florence, no está segura de su relación, nuevo fracaso, nuevo sinsabor al que hay que hacer frente, pero Jean-Claude no sabe enfrentarse a esto y se encierra en su habitación. Vendrán más mentiras, una detrás de otra, enfermedades inexistentes, que ablandan corazones…
                Cuando se acerca el final, cuando las mentiras se escapan por todas las rendijas y es imposible contenerlas, se ve acorralado y sin salida. ¿Por qué no huyó? Porque, a su modo, ama a su familia, quiere evitarles la vergüenza y la deshonra cuando se descubra todo. Es el mejor hijo, el marido perfecto, el yerno ideal y el padre modelo.
Muy recomendable.