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Si tuviese que decir de qué trata este libro, diría que habla de la vida, pero también de la muerte. de la enfermedad, del dolor, pero también del amor. Todo eso a la vez es lo que podemos encontrar en esta novela escrita por Emmanuel Carrère, que de hecho, como bien dice él, todo lo que se cuenta en esta historia es cierto. A finales del 2004, el escritor y su familia se encontraban en Sri Lanka de vacaciones, cuando les pilló un maremoto de 9,0 que devastó las costas de Indonesia, Sri Lanka, India, Tailandia y de otros países con olas que llegaron a los treinta metros. Ellos, en concreto, salieron con vida de allí. En la primera parte nos cuenta aquellos duros días que pasó en los hospitales, viendo el sufrimiento, el caos, el pánico en la gente, etc. Para narrar esto, se centra principalmente en una pareja de franceses que perdieron a su hija mientras jugaba en el mar. Conforme avanza el libro, también viviremos la relación con el cáncer y con la enfermedad terminal por parte de un familiar de los protagonistas, vemos cómo afrontan el dolor y el miedo a perder un ser querido. A lo largo de la lectura, es inevitable no emocionarse o hacerse preguntas profundas, te hace reflexionar sobre la importancia de valorar cada momento presente. Me ha gustado que a pesar de tocar temas delicados, el objetivo del escritor es transmitirnos una lección: que a pesar de la adversidad y los momentos duros de la vida, los vínculos con los que amamos siempre estarán ahí, para refugiarnos cuando lo necesitemos. Un libro intenso y narrado con crudeza en algunos momentos, sin caer en el victimismo o el drama, pero que sin embargo te deja un rayo de esperanza al acabar de leerlo. |
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