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El adversario de Emmanuel Carrère
Y cuando estás cogido en ese engranaje de no querer defraudar, la primera mentira llama a la siguiente y es así toda la vida...
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Calificación promedio: 5 (sobre 212 calificaciones)
/Anagrama nos trajo a finales del año pasado este ensayo de un joven Carrère que ya sabía lo que quería como escritor. En él analiza esas novelas (ucronías las llama) que se basan en el ¿qué hubiera pasado sí...?
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El adversario de Emmanuel Carrère
Y cuando estás cogido en ese engranaje de no querer defraudar, la primera mentira llama a la siguiente y es así toda la vida...
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El estrecho de Bering. de Emmanuel Carrère
El propósito de la utopía es modificar lo que es o, al menos, proporcionar los planes de tal modificación. Se trata de algo de lo más razonable y a ello se dedican, por caminos muy diferentes, tanto los hombres que construyen civilizaciones como los que las ansían mejores y confían sus sueños al papel. El propósito de la ucronía, escandaloso, es modificar lo que ha sido.
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Limónov de Emmanuel Carrère
Prefiere ser el jefe de un partido compuesto por tres personas que escudero de alguien que congrega a millones.
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Limónov de Emmanuel Carrère
Abandonar la vida que siempre habías conocido y partir hacia otra de la que esperabas mucho pero no sabías casi nada, era una forma de morir.
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Limónov de Emmanuel Carrère
Así le ve Elena ahora y, en efecto, él llora. Eduard, el duro de pelar, llora. Como en la canción de Jacques Brel, está dispuesto a convertirse en la sombra de su mano, la sombra de su perro, para que ella no le deje. «Si yo no quiero dejarte», dice ella, conmovida al verle tan angustiado. Él se endereza: entonces todo irá bien. Si siguen juntos todo irá bien. Ella puede tener un amante, no hay problema. Puede ser una puta. Él, Eduard, será su chulo. Será excitante, un episodio entre otros muchos en su vida de aventureros, libertinos pero inseparables. Este pacto le exalta, quiere beber champán, festejarlo. Aliviada, Elena sonríe y dice que sí, sí, evasivamente.
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El bigote de Emmanuel Carrère
No falsear, no olvidar, sino no tener ya nada que falsear ni olvidar, porque si no el recuerdo volvería.
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El adversario de Emmanuel Carrère
Cuando uno está metido en ese engranaje de no querer defraudar, la primera mentira lleva a otra y es toda una vida, cuanto más avanzaba la mentira, más dura era revelarla.
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Defred, una de las pocas mujeres fértiles