-Las chicas de hoy os pasáis de listas; se os figuran los dedos huéspedes. -Así, ¿a ti te agradaría que aceptara? -Yo no digo eso. -Sí dices eso, madre. Contra tu propia voluntad, contra tu añejo concepto de las cosas, dices, sientes eso. La miseria amodorra tu pudor en esta ocasión, o es que tu experiencia de la vida es bien limitada. En la superficie -pelos blancos y arrugas- eres mayor que yo; pero no en el fondo. |