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Tamiel es una princesa diferente. Ella no quiere un hombre que le haga sombra para tener que gobernar. No quiere casarse y tener que seguir unas normas. Ella sabe perfectamente que puede reinar sin tener un hombre a su lado y se lo demostrará a su padre. Aparte de que hay dos reinos, el reino de Talos y el reino de Cadania que luchan con mentiras para ocupar el trono. La ambientación del libro (para mí) no es tan de destacar, en cambio, los personajes sí. Tamiel (apodada "La reina negra": Una princesa que hará todo por conseguir su libertad y demostrando su valía a todo aquel que lo ponga en duda. Baltrán: Un extranjero que un día aparece en el reino de Latos y se acabará convirtiendo en una gran aliado de Tamiel. Me encanta el misterio que hay sobre este personaje. Anae: La madre de Tamiel, una mujer que intenta darle los mejores consejos a su hija y que siempre está ahí para ella. Radón: Es el padre de Tamiel. Es malvado y cruel. Un hombre sin piedad capaz de cualquier cosa para lograr lo que quiere. Luego están Famir, Lartes, Galdren y otros personajes que apoyan a Tamiel. Todos los que pasan por la historia, aunque no lo parezcan, tienen su importancia. Y, sobre todo, enseñanzas. Tamiel y Anae son personajes que evolucionan para mejor. Se dan cuenta de la realidad de su pueblo y de que tienen que cambiar las cosas. El final de la historia me ha sorprendido demasiado, todavía lo estoy asimilando. Es sorprendente aunque tengo un amor-odio con el final. Si os encanta la fantasía en donde haya magia, rencor, maldad, engaños, traición, ansia de libertad y una protagonista fuera de lo común, os encantará. |
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