Consumidos por el fuego aparece unos 10 años después de Yo confieso y tiene ya 9 traducciones. Es una novela corta que me ha descolocado. Cabré nos narra una historia con aires de fábula, la historia de Ismael que tuvo una infancia difícil y que a pesar de todo logró estudios de lengua y literatura ( rasgo que comparte con Cabré). Ismael vivirá una situación muy confusa, extraña, que lo dejará sin memoria o con una memoria muy parcial pero con amnesia total de lo sucedido. Paralelamente a la historia de Ismael, tenemos la historia de animales : de un jabato llamado Jabatín que perdió a toda su familia (madre y hermanos) justamente en el accidente de Ismael, la citación frecuente de falenas que se proyectan hacia la luz significando su pérdida. Y cuando las falenas no mueren achicharradas, se las comen las salamandras. Los animales hablan en esta fábula y la historia de Jabatín es muy bonita y triste. A Jaume Cabré lo llamaron « el jabalí ceñudo » en los años 50, un animal que lo ha perseguido hasta los alrededores de Matadepera dónde reside. Dos puntos destacan en esta novela corta, el carácter altamente metaliterario y una impresión de atmósfera intensa, hecha de fuertes dosis de absurdo y de angustia. El relato baña en referencias literarias de calidad. Una lectura que me descolocó con el tema, con respecto a lo leído al autor, pero guarda esa calidad de escritura irreprochable de Jaume Cabrera. Hace muy poco leí Canto yo y la montaña baila de Irene Solà (2019), otro libro corto, también una fábula, que da la palabra a animales; es también un relato con dosis de absurdo, aunque menos que en la historia de Cabré. ¿Estamos ante una moda catalana? Enlace: https://pasiondelalectura.wo.. |