Hay gente que tiene un don para ser capaz de transmitir tanto en tan poco. Este libro es una seria advertencia sobre el mal uso y el abuso que a veces se hace de las redes sociales creyendo a pies juntillas todo lo que se nos muestra y/o todo lo que leemos. Llega cualquier desconocido, dice cuatro palabras amables y hay gente que les ofrece hasta las llaves de su casa pero, en realidad, no sabes con quien estás hablando y es algo que no se suele tener en cuenta. El agobio, el miedo agazapado como una bola pesada y fría o la angustia te llegan con unos sencillos diálogos que no necesitan de muchos aspavientos ni adornos para que lo pasemos mal y abramos los ojos sobre hechos bastante desagradables que pueden llegar a ocurrir si no se tiene cuidado. No se si decir que debería ser de lectura obligatoria para que reflexionemos sobre lo que hacemos y con quien a través de las redes.
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