Escribir un blog: y que te lean

«Tampoco hagas caso a los charlatanes que te prometen darte de alta en directorios, conseguirte enlaces y colocarte en un par de semanas en la primera página de resultados de Google. La única forma de conseguir eso es escribir contenido de calidad un día tras otro y esperar a que se produzca un crecimiento orgánico. Todos estos mandamientos se resumen en dos: no seas pesado y no te gastes los cuartos».

«Déjate oír cuando escribas, habla con tu propia voz, deja traslucir tu personalidad: que entre las palabras que escribes se vea a la persona. Nadie va a ser mejor que tú siendo tú».

«… he de mencionar una forma de promoción que fue relativamente popular, pero que parece condenada a la desaparición. Me refiero a los post invitados: pedirle a otra persona que escriba un artículo en tu blog. Al revés también funciona (o funcionaba): puedes publicar en alguna tribuna a la que tengas acceso y mencionar allí tu blog. Hasta hace poco esta era una estrategia válida. Sin embargo, Google ha cambiado su política y ha empezado a penalizar los post invitados. Esto lo ha anunciado Matt Cutts, ingeniero de Google. Deberías ser prudente si piensas publicar una entrada como invitado o si vas a aceptar a alguien para una colaboración ocasional en tu blog. Únicamente debes hacerlo de manera excepcional y cuando aporte un valor claro para los lectores».

«Al final los textos pueden ser como el agua: una vez que se puede conseguir agua potable con solo abrir el grifo, si quieres vender agua, tienes que añadirle algo o envasarla muy bien».

«En Internet se perdonan muchas cosas, pero nunca el aburrir».

«Cuanto más escribes, más ideas tienes y también más deseo de expresarlas. Las ideas surgen enganchadas unas a otras, como las cerezas. Como casi todo en esta vida, cuanto más haces, más puedes y además vas aprendiendo a hacerlo mejor».

«La forma que no te lleva de cabeza al fracaso, aunque tampoco te garantiza nada, insisto, consiste en preguntarte qué es lo que te gusta a ti o, más que eso, qué hace latir tu corazón, a qué te puedes dedicar horas y horas sin sentir cansancio, qué es lo que verdaderamente te apasiona en esta vida. Si tienes un tema así, lánzate de cabeza; lo demás vendrá por añadidura».

«El éxito no va a consistir en que alguien te señale con el dedo y diga que eres muy bueno. Eso nunca fue verdadero éxito. En el mundo de comunidades distribuidas por todo el planeta que se va configurando gracias a Internet cada vez va a costar más trabajo mantener esa ficción. Los señaladores van perdiendo la credibilidad y los señalados, si no tienen otra cosa que ponerse, se quedan vestidos con el traje nuevo del emperador».