La estafadora

Soy un huracán de categoría cinco que se dirige hacia ella, y no tiene ni idea.

Las redes sociales alimentan al monstruo narcisista que todos llevamos dentro. Lo alimenta y lo hace crecer hasta que se adueña de todo y tú te quedas a un lado mirando imágenes de la criatura, como todos los demás en tu feed, y te preguntas a qué has dado luz y por qué vive la vida que querrías tú.

Seguiremos las reglas que creé cuando empezamos con esto hace unos años: no coger demasiado, no ser codiciosos. Hacernos solo con lo que no vayan a echar de menos. Y robar únicamente a quienes pueden permitírselo.

Este es el gran horror de la vida: los errores son para siempre y no se pueden deshacer.

El mundo se puede dividir en dos tipos de personas: los que esperan a que les den las cosas y los que cogen lo que quieren.