Que levante la mano quien no ha pensado alguna vez que una novela, por estar catalogada como juvenil, carece de brusquedades y escenas desagradables. No me avergüenza confesar que suelo escoger lecturas de esta franja cuando necesito desconectar o toparme con historias frescas y poco complejas, pero '
Diario del búnker' ha sido más una maldición que una sorpresa, pues contra todo pronóstico me ha dejado patidifusa con su planteamiento y su desenlace; me sigue produciendo pesadillas y hace que me cuestione muy seriamente la naturaleza humana.
Empecé '
Diario del búnker' con la guardia baja pues su inicio me recordaba a ciertas cintas de terror de bajo presupuesto que he visionado en mis momentos de ocio. Un joven pero intrépido protagonista encerrado con varias personas que han de sobrevivir y encontrar una salida del laberinto en el que se encuentran me prometía una tarde de emociones fuertes, y mientras iniciaba mi relato, ya me imaginaba lo giros, los contratiempos y un buen final más que épico en el que
Kevin Brooks acabaría detallando explosiones y hasta fuegos artificiales. Y me equivoqué de lleno.
El propósito de Brooks no es que leamos una historia trepidante y apasionante sino llevarnos más allá y ofrecernos un relato polémico y desolador sobre la supervivencia humana y los límites a los que puede estar sometida una persona. No estamos ante una novela de acción sino más bien con un proyecto experimental y psicológico, donde los capítulos taladran directamente nuestro subconsciente con los acontecimientos, haciendo que nos sintamos aprisionados y desorientados como sus protagonistas; el estilo es ligero pero, irónicamente, la pluma se vuelve densa y asfixiante, y aunque nos relata esta inquietante historia un adolescente, sentimos una constante opresión en el pecho y nos revolotea a todas horas la idea de qué haríamos en su lugar. En adición, el autor no escatima en detalles y cualquier escena desagradable u horripilante que surja en el relato, ha de ser contada, para regocijo de nuestra imaginación.
'
Diario del búnker', aunque sea una historia ficticia, se hace muy real, demasiado. Los hechos pueden ser reflejados tranquilamente en nuestra realidad, pues Linus nos presenta a su secuestrador, una mente perturbada que desea ver hasta dónde llega el ingenio humano, y su genial idea es criar en un búnker a seis personas, a la espera de resultados satisfactorios. El contexto es horripilante y los personajes, que solo han sido escogidos por el azar, acrecienta la sensación de desagrado y repugnancia. Linus no es para nada un personaje heroico que solucione todo a su paso, sino más bien un chico de 16 años que vive en la calle y se ve encerrado por un maníaco junto a seis desconocidos, y se deja llevar por la rabia y la desesperación. A ello le añadimos otros cinco secundarios más que, aunque empiezan con ciertos clichés, acaban desenganchándose de ellos y mostrando distintas facetas de la realidad humana que incomodarán a más de uno.
Pero ante todo, '
Diario del búnker' me ha impactado y desmoronado a partes iguales por no ser precisamente un libro positivo: en esta historia no nos centramos en la huida sino ante todo en los sentimientos de los personajes, en la manera en que sus defensas se van resquebrajando y van dando paso a la agonía y al sufrimiento más puro por estar vivo. de esta manera, nos alejamos bastante del porqué de esta situación tan insostenible, e incluso os adelanto que vuestras respuestas no quedarán respondidas, al menos no todas, pues Brooks no quiere simplemente ofrecer una novela sino algo en lo que pensar. '
Diario del búnker' se hace casi insoportable en según qué momentos y tuve que leer con mucho esfuerzo y paciencia la última parte, donde realmente la imaginación te juega malas pasadas y el destino de los personajes te cala hondo. Ha pasado ya un mes de esta lectura y sigo pensando en todo el horror que he leído, que he vivido a través de los ojos de seis personajes.
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