Silencios

Silencios nos cuenta la historia de Jazz, la joven que desde niña percibió una sensibilidad especial por la música country y que un día inocentemente, compartió una de sus cover en Internet, suscitando con su talento el interés inmediato de una de las discográficas más prestigiosas de EEUU. Jazz, la joven soñadora que jamás imaginó cautivar y tener como su primer productor al cantante que idolatraba, con quien firmó su primer contrato musical ante promesas irresistibles. Jazz, cuya normalidad cambió de la noche a la mañana, pasando de no ser nadie a que su canción sonara en todas las radios del país, convirtiéndose en número uno sin ser consciente de lo que estaba sucediendo. Conciertos, infinidad de premios, gente que iba y venía, dinero, mucho dinero, fiestas, drogas, alcohol y alguien de "poder" de su mano. El vuelco que da su vida es tal, que deja de sentirse, de quererse. Hasta que por fin grita, más que nunca, y ocurre el accidente más grave de su vida y su voz, culpable, se apaga para siempre, o eso cree. Entoces llegan juicios, sentencias, un centro de reinserción y Connor. 

Silencios es un drama new adult que se lee en un día, siendo la pluma de la autora tan divertida y amena, que saca sonrisas a sus lectores ante horrores tan reales, provocando casualidades entre sus personajes, haciendo guiños a ese destino caprichoso que a veces nos subestima. Me ha encantado el valor que le atribuye a la música, esa forma que entendemos los amantes de esta de agarrarnos a la vida, paseando las yemas de nuestros dedos por las cuerdas que anidan en nuestros cuerpos, ahuyentando con sus espasmos y arrancando ese dolor que nos puede dejar en desasosiego. El libro tiene citas motivadoras a tutiplén. He sentido mucha impotencia con lo que se le venía a Jazz encima, era muy predecible, he odiado con ganas infinitas a la sanguijuela manipuladora. La visibilidad que se da a los centros de ayuda social me ha gustado mucho, por momentos he tenido la sensación de que se encontraba dando un stand by en un campamento de relax. Y aunque en la segunda parte de la historia, con la aparición de Connor, (un personaje súper interesante, con una oscuridad en sus ojos apabullante que también esconde su propia superación), surge una relación y complicidad que me ha entretenido bastante, pero me he quedado con ganas de ver otro tipo de evolución, no me ha trasmitido que realmente sus encuentros y su futuro sean sanos y libres de toda dependencia y toxicidades entre ellos mismos. Aún así, la escena del final es fantástica y de ensueño, lo terminé chillando y shippeando con ellos.