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La verdad es que al principio me desesperaba un poco las actitudes que tenía Bruno, al ser berrinchudo y no estar conforme con nada, pero después pude entenderlo; pues solamente es un niño que se vió obligada a abandonar todo lo que conocía. Pero por otro lado la hermana de Bruno siempre me cayó mal a lo largo de toda la lectura. Podemos ir siguiendo la relación de la familia y su comportamiento referente al estatus social con el que contaban y cómo es que por tener una nacionalidad se creían superiores a los demás, demostrándolo a la hora de interactuar con sus sirvientes. Este libro al ser narrado por un niño, es muy fácil de entender, es rápido y vas descubriendo con él poco a poquito los secretos que se mantienen ocultos. He amado la relación que construye con Shmuel ya que es una amistad completamente inocente y para mi fue un poco duro el que no comprendieran porque no podían jugar juntos. Tengo que decir que estoy un poco decepcionada del final, ya que pensé que me haría sentir algo profundo, pero lamentablemente no fue así. Lo que sí me hizo sentir algo fue el pensar que a pesar de ser una historia inventada, realmente existieron esos tiempos. |
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