La orden del dragón

A Jenn Bennett ya la había leído con anterioridad con Encuéntrame en Moonlight, un romance que me sorprendió muchísimo, así que cuando supe que Puck traería otro libro de ella, y que este sería de fantasía, yo estaba más que abordo, además no podemos dejar de lado el hecho de que la portada es lo más precioso de la vida y no le pide nada a la original.

Theodora siempre ha querido poder compartir las aventuras que tiene su padre, el ir buscando tesoros por todo el mundo es algo que añora, pero es mujer y es el siglo XIX, así que de ninguna manera tiene permitido hacer cosas como esa y debe quedarse en el hotel a esperar el regreso de su padre. Hasta que un día no regresa. En su lugar llega Huck, un viejo amor del pasado, y eso solo pueden ser malas noticias. El trabajo de su padre se tornó más peligroso de lo que esperaba, la búsqueda del anillo maldito de Vlad El Empalador atrajo a las personas incorrectas y ahora su vida está en riesgo. Theodora tendrá que embarcarse en un viaje por Rumania en búsqueda de su padre con solo su diario de viaje, un montón de notas indescifrables y un chico al que no sabe si ama u odia, con la esperanza de encontrarlo antes de que otras personas lo hagan, se queden con el anillo de Vlad y resuciten la temida Orden del Dragón.

Quizás me pasé de extensión con esa sinopsis, pero son un montón de datos indispensables para entender qué rayos estamos leyendo y eso, en teoría, solo es la punta del iceberg, tenemos un montón de cosas por desmenuzar porque la construcción de la historia es increíble. Y justo eso hizo que desarrollara una relación amor-odio con el libro porque la trama me parece asombrosa: la búsqueda del anillo que supuestamente está maldito y que hizo a Vlad el villano sangriento que fue + una persecución de vida o muerte por Rumania + atisbos de realismo mágico en torno a las leyendas locales; les juro que si eso hubiera sido todo el libro se habría convertido en uno de mis favoritos, pero la autora tuvo que meter el tema indeseado en una trama ambiciosa: el romance, tenemos un romance que hace que toda la trama caiga.

Y si el romance hace que la trama caiga, los protagonistas impiden que se levante del piso, son HORRIBLES, INSOPORTABLES Y CON ACTITUDES ABSURDAS, cosa que me sorprendió mucho porque en el otro libro de la autora los protagonistas son un punto fuerte por ser originales y auténticos.
Theodora es una joven que dista mucho de ser lo que se espera que sea una mujer en esa época: no es recatada, no se comporta como una dama y mucho menos le interesa lo que la sociedad dicta que debe gustarle, en cambio es aventurera, le gustan los misterios, la investigación, la historia, estudiar y su única aspiración es poder salir a explorar junto con su padre y ensuciarse las manos, cosa que le se niegan rotundamente... para no alargarme, es única y diferente, una revolucionaria para su época (¡qué novedad!), y lo único que hace falta es un hombre para tumbar toda esa estabilidad y fortaleza (¡oh, otra novedad inesperada!). Me gustó la determinación que mostraba y que fuera muy suspicaz y perceptiva cuando de investigar se trataba, pero nunca me encajó la actitud que tuvo cuando Huck estaba cerca de ella, se volvía terca, obstinada y, en más ocasiones de las que me gustaría admitir, boba. Simplemente no me cuadró su forma de ser con lo que se describía de ella y por eso cayó de mi gracia.
Huck un joven que desde muy temprana edad conoce la tragedia al perder a sus padres en un accidente de tren quedando huérfano, así que sin dudarlo, Fox (el padre de Theo), lo lleva a su casa y lo cuida como si fuera alguien más de su familia. Con él ni sé por dónde empezar, es el típico chico con un pasado tormentoso que es increíblemente sensible, guapo, de buen cuerpo, astuto, blah blah blah, todo un partido. Y así lo intentan vender, pero a lo largo de la historia solo logra demostrar, al menos para mí, que es otro sujeto más del montón que pintan como perfecto pero que dista mucho de serlo y del que fácilmente podría prescindir una historia. Simplemente lo odié y restó más de lo que aportó.

Y ya que estoy en mood quejoso, vamos con el romance. INNECESARIO. Es la única palabra con la que podría describirlo. Tenemos un montón de elementos para desarrollar y explotar y la autora decide dedicarle poco más de medio libro a jugar con las cenizas del incipiente romance que hubo entre Theo y Huck e hizo este juego de tira y afloja, donde Theo odia a Huck por lo que hizo y dejó de hacer y donde Huck está resentido por la manera en que terminaron las cosas entre ellos. Y el gran problema que enfrenta este romance está creado por el padre de Theo, ya que para él los tres son una familia, lo que significa que los muchachos no pueden estar involucrados sentimentalmente porque romperían el "equilibrio" que se había creado. ¿Pueden intuir por dónde va "el gran problema romántico"? Porque yo lo hice desde las primeras páginas y me pareció absurdo que Theo, siendo la joven intelectual y suspicaz que nos hacen creer que es, no se diera cuenta de lo que de verdad sucedió. Todo se pudo haber resuelto con un poco de comunicación, pero en lugar de hablar, prefieren lanzarse indirectas venenosas por más de cien páginas. AAAAAAAAAAGGGH! Lo peor es que esto sucede en las páginas iniciales, lo cual hizo que la primera mitad se me hiciera sumamente pesada y, si fuera otra clase de lector, lo habría abandonado definitivamente.

Pero no todo es malo porque, como comenté al inicio, hay un montón de aspectos que se nota que la autora investigó y que le dan un toque muy interesante a la trama.
Empezando por la persecución del padre de Theo, lo que deriva en una especie de road trip por Rumania y los países colindantes. Y no es solo un viaje por Europa para disfrutar, estamos en tensión constante porque son perseguidos por unos matones, aparentemente los mismos de los que huye su padre, así que se convierte en una carrera de vida o muerte, el que alcance primero a Fox quizás logre descifrar el misterio del anillo de Vlad. La mejor parte de esto es que la ambientación es perfecta porque visitamos pueblos, caminos rurales y lugares muy pintorescos, en el siglo XIX, y la forma de escribir de Jenn Bennett de verdad logra transportarte ahí.

Ahora viene lo mejor, el aspecto histórico: Vlad el Empalador, el famoso Drácula. Se nota que la autora hizo un gran trabajo de investigación y que domina muy bien el tema porque, a pesar de soltar a diestra y siniestra los datos sobre el mito de Drácula, hace que sea emocionante, que te intereses e incluso te apasiones por el tema. Y ya que estamos en lo apasionante, el tema del folklore rumano: aaaaaaaahhh, creo que fue mi parte favorita porque a lo largo del viaje se nos van dando interacciones que insinúan que la magia es real, que ciertas leyendas son verdaderas y que los objetos y sus historias son mucho más de lo que aparentan... ajá, hablan del anillo de Dracul, aquel hecho de huesos, que está maldito y que dio el poder a Vlad para acabar con sus enemigos. Para mí, eso lo hace entrar en la categoría de realismo mágico, en ningún momento se nos dice explícitamente que están sucediendo cosas mágicas/sobrenaturales, pero es como si la atmósfera estuviera cargada de ellas, esperando el momento para explotar. Es algo que no lograré describir y que, una vez inicias el libro, puedes percibirlo.

En resumen, La orden del dragón, es un libro que tiene una trama con mucho que dar, ya que ofrece muchos datos históricos y los envuelve en un folklore muy místico, pero que queda opacada por un romance forzado y unos personajes que quedan a deber y que, sin dudas, frenan el potencial de la historia. Sin dudas planeo seguir leyendo a la autora, ya que creo que tiene una buena construcción de tramas y, quién sabe, quizás su próximo libro logre encantarme.
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