La reinvencion de la novela romántica por parte de Benavent me ha parecido hasta ahora prodigiosa. Sin embargo en esta ocasión me ha costado leer una novela que ha parecido que traspasa la línea que existe entre el erotismo y la vulgaridad. Una pena cuando creo firmemente en que la pluma de Elisabet es sobresaliente. Tal vez debería replantarse esos finos límites
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